#Mi 2020 bloguero haciendo repaso del año

Desde que empecé a escribir en este blog no ha pasado un año sin que haya hecho un repaso en el mes de diciembre y no quería que este 2020 fuese la excepción.

Este 2020, ha sido sin duda, el año que menos he escrito en el blog. No ha sido por falta de ideas, pues tengo una hoja de la agenda llenita de postits con temas pero ahí se han quedado.

Empecé el año a tope con un post que me gustó mucho escribir y que llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo sobre si es necesario o no, formarse para ser padres.

Más tarde reseñé un libro precioso, la maceta encantada, que si no conocéis os lo recomiendo.

La maceta encantada

Unos meses más tarde, mi pequeño pulguito, por fin, dijo mamá y me vi en la obligación de recogerlo en un post.

y por fin dijo mama

Y después de eso, solo he subido entradas en las fechas clave como el 5 cumpleaños de mi pulga, el 2 cumpleaños de mi pulguito o mi aniversario de bodas.

Feliz aniversario

¿Acaso no ha habido nada más digno de reseñar este 2020? Pues nada más lejos de la realidad. Ha habido mucho y muy gordo, pero este año el blog no ha sido mi prioridad.

Este 2020, para mí, como para todo el mundo, ha estado marcado por la dichosa pandemia y el confinamiento.

El encierro comenzó en marzo y pasé a verme de la noche a la mañana encerrada en casa con dos niños de 1 y 4 años, 24horas al día y teniendo que teletrabajar sin ayuda de nadie porque el padre de mis pulgas tiene que trabajar de forma presencial y hasta la tarde no llegaba.

Se me hizo bola. Una bola muy grande que me ha costado mucho más de lo que yo imaginaba y que he necesitado verlo con perspectiva y con tiempo porque solo iba pasando días sin ver luz al fondo.

Lo que pasó en realidad fue que el cansancio y el pesimismo se hicieron más grandes que yo. El primero se fue haciendo hueco poco a poco, cuando veía que era imposible trabajar con los niños durante el día y necesitaba hacerlo durante la noche. Cada día me acostaba más tarde pero ellos se seguían levantando a la misma hora y yo, obviamente, dormía menos y estaba agotada.

Sumemos a eso que no se podía salir de casa. Las ideas se agotaron, los niños estaban irascibles, aburridos, enfadados, hartos y ni siquiera ellos mismos sabían por qué.

Así, cada día igual durante 6 meses.

Ha habido momentos en los que me he sentido la peor madre del mundo. He tenido sustos con mis hijos que sé que de haber estado más tranquila los habría evitado. Pero también sé que ha sido una situación excepcional en la que realmente lo he hecho lo mejor que he podido y cada vez que la he cagado con mis hijos, me he disculpado con ellos. Sé que no quiero volver a ser esa persona y he entendido que el autocuidado es vital.

Además de todo esto, al poquito de empezar el confinamiento falleció mi abuelo.

Me habría gustado dedicarle unas palabras como en su día hice con mi abuela pero no he sido capaz. Todo fue en unas circunstancias tan malas y sobretodo dolorosas que a día de hoy no soy capaz de hablar de ello sin que se me empañen los ojos. Obviamente, si sumamos esto a todo lo anterior, la bola se sigue haciendo más grande.

Y así para terminar la racha genialosa, en el mes de noviembre mi empresa cerró y me he visto sin trabajo en un momento realmente difícil para el país en general y en el que encontrar trabajo está siendo poco menos que una odisea.

¿Ha sido TODO en este 2020 una mierda sideral? Desde luego que no

Cuando los niños empezaron a ir al cole de nuevo fue como un soplo de aire fresco que me sentó maravillosamente. Aún tenía trabajo y poder teletrabajar en mis horas, durante el día y sin estrés fue un cambio más que agradable que mejoró la situación general muchísimo para todos.

Los niños empezaron a estar más contentos, volvían a ser ellos y eso no tiene precio.

Después de la pésima noticia de quedarme sin trabajo, he decido intentar emprender y lanzarme por mi cuenta. Soy diseñadora gráfica y además tengo un proyecto de una tienda online, todo es fabuloso, la cual estoy rediseñando entera y poniendo a punto para exprimirla al máximo. Puede que haya sido la patada en el culo que necesitaba para lanzarme ya que yo nunca lo habría hecho por mí misma.

Un año más, me siento agradecida de las amistades que tengo, que son pocas pero valen su peso en oro y sin ellas me habría vuelto del todo majara en estos meses. Han sido mi vía de escape entre chats, audios y videollamadas. Gracias bellas.

Y por último y más importante, he podido comprobar la importancia de que mi unidad familiar sea fuerte, que esté unida y que sepamos tirar los unos de los otros.

No voy a decir que no me ha importado no ver al resto de mi familia, porque no es verdad. Los he echado mucho en falta y a día de hoy me pesa no haber podido estar presente en muchas ocasiones que ojalá no hubiesen pasado. Pero tengo una familia bajo mi techo que son lo que necesito en mi día a día, los que hacen que todo fluya, que todo vaya bien. Tengo unos hijos que son mi motor de cambio y de superación cada mañana. Y tengo un señor esposo que sin él yo creo que ya me habría vuelto loca y/o tirado por un puente. También hemos pasado momentos duros y baches pero de cada uno de ellos hemos salido fortalecidos y solo puedo dar gracias por ello y quererle más si se puede.

Total, que no creo que haya habido absolutamente nadie que estuviese esperando mis posts en el blog, pero igualmente, a todos los que me seguíais de la manera que fuese, siento el abandono todo este 2020, pero no he tenido fuerzas ni tiempo (de verdad de la buena), de pasarme por aquí.

No voy a prometer nada, volveré cuando pueda y la vida y las ganas me lo permitan.

Hasta entonces, nos vemos en las redes.

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Una respuesta a “#Mi 2020 bloguero haciendo repaso del año”

  1. […] conté en el último post que ahora mismo ando trabajando desde casa porque mi empresa cerró, así que nada, se pone una el […]

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